Scatman, el trovador tartamudo

Esta es la breve historia de un hombre con bombín, que un día decidió nacer en El Monte (California) allá por los años 40. Su padre, muy fan de la música scat o como se le llama por éstos lares "ska", al ver que John nació con un prominente bigote, decidió comenzar a inculcarle los conceptos básicos de éste estilo musical. Y no, no es bailarlo pegándose empujones y alguna que otra patada, como muchos pensareís.

Aún así cuando el pequeño Johnny comenzó a hablar, su padre se dió cuenta de que a su hijo le costaba articular las palabras, sobre todo cuando decía: "pa-pa-pa-pa-da-ba-dá, yo te i love you" dirigiendose a su madre. A partir de ahí ya sabeís tocaba una infancia llena de vejaciones y humillaciones, le tocaba ser amigo del orejotas y el miope de clase, y fue varias veces rechazado por Nancy, la animadora del instituto, que no quería acudir con él al baile de fin de curso.

Para colmo, papá le apuntó a clases de piano, y hoy cuando los frikis hemos salido del armario, podemos decir con toda tranquilidad que nos gusta las películas de Godzilla y que coleccionamos mierdas varias, pero amigos en aquella época, tocar un instrumento musical a la suma de que eres un jodío tartaja, te condena al ostracismo y a ganarte unas cuantas collejas en clase. Y si no fijense en otro Johnny famoso, como era Johnny Succo, cuyas máximas pasiones eran Sendy y las carreras de coches por los canales de la ciudad, "la música para los maricas".

A pesar de su infancia traumática, siendo ya un emprendedor jóven, se lanzó a hacer carrera a Los Angeles, y no para ver las tetacas de Pamela Anderson, como muchos habrán pensado, más que nada porque la muchacha no había nacido. ¿Es que hay otro sitio para viajar a la ciudad del famoseo?, pues sí, lanzarse como pianista profesional, ya que la ciudad californiana era una de las emergentes ciudades del jazz.

Así que nuestro amigo bigotudo probó las mieles del éxito pasada la cuarentena, con el lanzamiento de su primer disco, que fue publicado con su nombre real: John Larkin, gozando de un tremendo éxito entre sus amigos más cercanos y en la tienda de su tío James McMutton en El Monte. Pero la fama trae sus consecuencias, y el afamado pianista cayó en las garras de las drogas y las mujeres, haciendo famosa la frase de "sexo, drogas y jazz" (ahora podeís pegarme). En plena caída personal y profesional (ahora debería sonar una música trágica), John perdió a su mejor amigo por culpa de la heroína (no Super woman, no, la que se pincha...) y no créaís que se fue a su casa de la playa con su perro labrador, se puso un jersey de cuello alto, y lanzaba piedras al mar mientras reflexionaba sobre la levedad del ser... No que va, dió un giro a su vida y se trasladó a Berlín. Buena manera de afrontar los años 90, en plena ruta del bakalao.

Una mañana de resaca, nuestro amigo del sombrero creyó oír música que venía de la calle, salió de la cama, se puso sus zapatillas de felpa con un escudo bordado, y se dirigió a la ventana. Allí contempló como la gente se apelotonaba en un gran éxtasis mientas unas cabalgatas repletas de fornidos sarracenos en tanga bailaban. No se trataba de el desfile del orguyo gay, si no de la "Love parade".

El siguiente vídeo no corresponde a la Love Parade, si no al festival que Dj Cristo organiza entre sus fieles.

Al escuchar aquella musiquita, John pensó que podía fusionar su estilo scat, con esa divertida música pseudo-disco y chundarata. Llamó a su representante que le espetó :"John ¿has vuelto a darle al caballo?", pero éste le instió y así se presentó el proyecto a la BMG. Pero nuestro héroe, no tenía grandes letras de las que hablar, y estaba claro que los oyentes se iban a dar cuenta de que tartamudeaba, así que una representante de la discográfica abandonó su caraja mental, y le dijo que porque no tartamudeba abiertamente, y hablaba de ello en sus canciones.

En ese moemnto un flsah-back atravesó su cabeza, y recordó todas aquellas burlas que le había hecho sus compañereos de clase, como aquel chiste del tartamudo que solían contarle, el del que entraba en un bar a pedir café... Y dijo: "Que coño voy a animar a todos los tartajas del mundo para que abandonen sus complejos". Y así nació la figura de Scatman.

Su primer éxito todos lo conoceís, se llamaba "Scatman (Ski Ba Bop Ba Dop Bop)", con el que en un principio se comió un colín, pero poco a poco fue calando en el público más jóven hasta llegar a alcanzar el primer puesto en los top ten (como diría Fernandisco) de todo el mundo. Scatman extendió el brazo y le mostró el dedo anular a sus antiguos compañeros de la infancia. Su mega-hit fue incluído en nuestro país en recopilatorios como "Bombazo mix" donde salía otro bigotes, como es Jose María Aznar, reconvertido hoy en editor de éxito, y en "Blanco y negro mix 4".

Tras el pelotazo del "pi-pa-pa-paro-pó" Scatman lanzó su segundo hit, que a pesar de que a mí no me parecía tan pegadizo como el primero ni tan bailable, batió records de ventas en todo el mundo, y así John comenzó a dar conciertos por todo el mundo, conciertos que no duraban más de 10 minutos, ya que acumulaba éxitos, pero no albumes (tenía dos singles en su haber). Según sus declaraciones, en España los chiquillos gritaron durante mas de 10 minutos y creía que no iba a poder comenzar el concierto, es más yo estoy convencido de que alguno se pasó el "extenso" concierto berreando y se lo perdió, y como una moza tras un mal polvo, preguntó: "¿ya?".

En mi barrió llegamos a tergiversar la letra del segundo single, Scatman's world, cambiandola por "comeme el papo, Pepo, o el potorrón".

Siendo ya una estrella a nivel internacional, sacó su tercer single, el casi desconocido en nuestro país "Everybody jam!", pero que en Japón fue un éxito de cojones, llegando a usarse en publicidad de coca-cola, aquí teniamos el super éxito de Alex García Ber "No hagas el indio haz el cherokee", que publicitaba a la Cherry-coke.

Aún así los excesos de su juventud y mediana edad, comenzaron a hacer mella en el bueno de Scatman, arrastrandole a un grave cáncer de pulmón, que nos lo arrebató en 1999.

Estando su homenaje vivo, si algun día me veis por el centro de mi ciudad con un sombrero de ala, es que estoy conmemorando aquel "Ski Ba Bop Ba Dop Bop".