Cosas que añoramos ( 1 )

En éstas fechas navideñas me siento extraño, añoro cosas de la niñez, veo mierdas en el cine como Bee Movie o regalos como tazas con forma de pene, y me vienen a la mente pequeños flashbacks de mi infancia, míscelánea ya olvidada, y que en mi web (este es mi puto espacio cabrones) intento recuperar como ya habeís visto, así que voy a dar unas pequeñas pinceladas de cositas que mi mente enferma recuerda, de vez en cuando....



Los cromos de "La pandilla basurilla"

Acojonantes. Si hoy en día existiese una colección de cromos como ésta las asociaciones de padres se rasgarían las vestiduras. Inspirados en las Cabage patch kids, éstos resultaron ser sus hermanos gamberros, o más bien cabrones. Fueron los primeros cromos gore, a los que seguirían colecciones como la Mansión del terror, con escenas de las películas de terror de la época que no escatimaban tampoco en sangre y tripas. En los cromitos podíamos ver a personajes en situaciones más o menos escatológicas, que en su día causaron sensación. A mi me chiflaban, a pesar de que a mis padres no les hacía ni puta gracia la colección (bendita rebeldía juvenil) y mi cromo favorito era el de Maroto el de la moto, todos tenían nombres "españolizados" con rimas como Ramón cabezón o Robertito vomito. Hasta se hizo una puñetera "pinicula", de cuyo trailer podeis disfrutar en la Red, aunque no alcanzó el nivel de sadismo de las pegatinas. Hoy en día no se si se apreciarían, los chavales actuales prefieren grabar como mean a un indigente con el móvil y colgarlo en el yutufff, en fin... Os dejo con algunas muestras de la cole, que para los que la conozcaís probablemente os traiga muy gratos recuerdos.

Chicles-espinacas de Popeye

Estos hijos de puta venían en sobrecitos de plásitico, es decir estaban más cerca del pica pica del dedo que del boomer de toda la vida. Eran tiras verdes que imitaban las espinacas de "mandibulín" alias Popeye. Y si amiguitos, hubo una temporada en la que no nos librabamos del marinerito ni a la hora de ir al kiosko a por chuches (gracias a Dios esta tradición no se ha perdido, aunque sustituyamos kiosko por chino de turno). El jodío estaba en la tele, en los tebeos y hasta en la mortadela (ver post de la mortadela de mickey). Volviendo al chicle, el sabor era el del típico chicle ochentero, es decir el tico-tico, estaba bueno pero poco más, además costaba unas 30 pesetas de la época, un precio algo caro contando con que los chicles no pasaban de las 6 pesetas.

El burger Wendy´s

Los que nacisteis a finales de los ochenta ya no lo recordareís, pero en nuestra niñez había otra forma de atiborrarse a hamburguesas de mala calidad, era el burger Wendys, o la tercera opción. Realmente, el caso esque por aquel entonces McDonalds acaparaba casi todo el mercado, y Burger King no se había asentado del todo. La verdad es que no había mucha diferencia: era la misma carna de dudosa procedencia que devoramos hoy en día, aunque su imagen era mejor que la del payaso asusta-niños de McDonalds, era una graciosa jovenzuela de coletitas, pecosa y risueña...ay!!! De los menús no os puedo hablar, ya que yo solo me comía el infantil jaja, pero si alguien recuerda alguno que lo comente coño... Aquí os dejo el logo coorporativo, que rezaba la calidad es nuestra receta, jaja. No se si la empresa sigue facturando en el país de la comida rápida, pero si se que aquí desapareció sin dejar rastro.






Gracias por leer éste post y volver a los 80, ¡ah! y en el próximo artículo sobre estas cosillas olvidadas de la infancia os hablaré sobre la cola Pitusa, de los snack Fistros, o la Mirinda entre otros.
A más leer!

Os habló Vigo ( En un monte de calaveras en el Castillo del Dolor yo me sentaba en un trono de sangre...)